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PROBLEMÁTICA DE VIOLENCIA EN LA ZONA CACARICA

 

 

A lo largo de la historia de Colombia, nos hemos acostumbrado a la violencia permanente que ha existido e ignoramos las problemáticas sociales, políticas y culturales que parecen no tener fin.

Se puede decir que uno de los lugares más violentos de Colombia y que la mayoría de gente ignora es la zona Cacarica, ubicado en el norte del departamento del chocó y que limita con Panamá, éste lugar está impregnado por la violencia, día a día se vive una situación devastadora en donde la gente tiene que vivir una cruda realidad.

La zona Cacarica, en donde la mayoría de sus habitantes son indígenas y afrodescendientes, ha tenido desde varios años atrás diferentes problemáticas sociales en donde en todas prevalece la violencia. La gente que habita en ésta zona ha tenido que soportar muchas agresiones, desplazamientos y asesinatos  por parte de los paramilitares, en donde el nivel de crueldad con las personas muertas fue tan alto, que cogieron las cabezas de estos y empezaron a jugar futbol con ellas. Muchas personas tuvieron que huir de sus casas buscando algo mejor, uno de los lugares para ir era panamá y de aquí sale otra problemática, ya que a partir de aquí empiezan a desplazarse ilegalmente al vecino país y entonces empieza el tráfico ilegal de personas y por consiguiente, el tráfico de drogas.

Por otro lado, varias multinacionales aprovecharon la grave situación de esta zona y con ayuda del gobierno se querían apoderar de todas las tierras llevando paramilitares y obligando a la gente a desplazarse hacia otras zonas, los paramilitares violaban a las mujeres que vivían allí y prohibieron actividades y asambleas pedagógicas que se desarrollaban y tumbaron varios árboles para la construcción de una pista de aterrizaje para aviones y helicópteros. Debido a las grandes riquezas de cultivo que había, las unidades militares tumbaron más de media hectárea de arroz, que hasta el momento no ha sido reparada, y también robaron plátano, yuca, caña de azúcar y varios frutales como el borojó, el mango y el Jaimito. Hasta el momento las unidades paramilitares siguen maltratando a la gente que habita en esta zona, siguen robando todos los cultivos y de igual forma hacen dalos ambientales en ésta área que es declarada como una de las zonas con alta biodiversidad del país.

 

 

PROBLEMÁTICA ZONA CACARICA

 

La defensoría del pueblo, en desarrollo de su mandato constitucional y legal de impulsar la efectividad de los derechos humanos, ha venido manifestando su preocupación por la crisis humanitaria que padecen todos los habitantes del chocó y por las problemáticas de orden social, económico, político y ambiental. Ha dado a conocer la grave situación de derechos humanos en el departamento, originada por la acción violenta de los grupos armados ilegales (paramilitares), que ocasionan reclutamiento y uso ilícito de niños y adolescentes y también ha denunciado el establecimiento de economías ilegales sustentadas en el narcotráfico y en el control de las actividades mineras que tienen por objeto la financiación de las estructuras armadas. Por otro lado, ha dejado en evidencia los graves problemas de desnutrición infantil, salubridad pública, inasistencia en salud, calidad educativa y las afectaciones al ecosistema.

 

En diversas ocasiones, la defensoría del pueblo y las diferentes zonas humanitarias, han hecho manifiesta la vulnerabilidad en que se encuentran los niños, las niñas, los adolescentes, las mujeres y los adultos de la tercera edad, al igual que la población indígena, afrocolombiana y carcelaria. A pesar de la gestión de la entidad y de los esfuerzos realizados por algunas instituciones del estado, Chocó sigue siendo uno de los lugares del país donde el goce efectivo de los derechos humanos de la población es muy limitado.

Durante los últimos años, el departamento del Chocó se ha visto expuesto a nuevas problemáticas como la incursión de nuevos grupos armados ilegales y el aumento de la minería informal e ilegal, esto sumado a la escasa gestión pública que ha contribuido a que en el año 2014 el departamento viva una auténtica crisis humanitaria que demanda la acción conjunta de la institucionalidad pública, tanto del orden nacional, como departamental y municipal.

 

La crisis humanitaria que viven los pueblos ancestrales es estructural, debido principalmente a los intereses políticos y económicos que históricamente han existido sobre el territorio, sumado a la acción de los grupos armados ilegales, que ha sumido a la población en la marginalidad y la discriminación.

 

La Cuenca del Río Cacarica, ubicada en el norte del departamento del chocó, presenta el mayor índice de población con necesidades básicas insatisfechas del país, altos índices de marginalidad y situación de pobreza. A la situación de corrupción de la administración pública, la violencia y ausencia de participación ciudadana en las decisiones públicas se suman altos índices de muertes por desnutrición, la tasa más alta de mortalidad infantil a manos de los paramilitares y alto desempleo juvenil. A nivel de infraestructura, las vías del departamento son terciarias y se encuentran en muy mal estado, la vía de comunicación terrestre dentro del departamento es deficiente y el déficit de vivienda es elevado. Por otra parte, una parte importante de la zona rural como de las cabeceras municipales es utilizada por los grupos armados ilegales y por grupos de narcotraficantes, generando presiones y afectaciones a los derechos humanos fundamentales de la población civil.

 

Las comunidades  indígenas y afrodescendientes, víctimas del conflicto armado que habitan en la zona Cacarica, afrontan condiciones precarias de vida con limitadas garantías para el goce efectivo de sus derechos, pues se han visto expuestos a procesos de desplazamiento forzado, despojo, confinamiento y resistencia, lo que ha generado transformaciones que van en prejuicio de sus posibilidades de supervivencia étnica y cultural que se ve exasperado por lo que constituye su mayor grado de vulnerabilidad: “su asentamiento en sitios de alto valor estratégico del interés de actores tanto, legales como ilegales”.

Esta situación particular ha generado que las comunidades se constituyan en víctimas de violaciones a los derechos humanos e infracciones al derecho internacional humanitario, expresadas en homicidios en persona protegida, amenazas, estigmatizaciones, desplazamiento forzado, toma de rehenes, reclutamiento forzado, ataques contra la población civil, restricciones al paso de alimentos, medicamentos, combustible y personas, y accidente y muertes a causa de las minas antipersonas.

 

Una de la más graves problemáticas que afecta a la población es la falta de cobertura y acceso a servicios de salud, educación, vivienda, entre otros. La mortalidad infantil de esta zona es bastante elevada en comparación al resto del departamento y se verificó que los niños de ésta zona no son registrados al nacer, ni son registrados al fallecer (son sepultados sin ningún tipo de registro, más que el otorgado por la autoridad indígena.), el cual no es informado a ningún tipo de autoridad local, lo cual oculta a ésta población en su carácter de ciudadanos.

 

Las instituciones educativas con las que cuenta la Zona del Río Cacarica han sido destruidas por los grupos armados ilegales, se encuentran completamente abandonadas y debido a esto, la falta de educación básica y superior se ve reflejada en las poblaciones indígenas y afrocolombianos analfabetos.

 

Por otro lado, se presenta un alto índice de hacinamiento, lo cual aumenta el riesgo de enfermedades de tipo contagioso, ya que aproximadamente viven de 5 a 10 personas por vivienda. Las viviendas presentan deficiencias higiénico-sanitarias y locativas, en muchas viviendas se observan huecos en pisos y muros, lo que genera riesgos de accidentes para sus ocupantes y teniendo en cuenta que la comunidad no cuenta con orientación adecuada de los manejos de residuos sólidos y líquidos, se evidencia una alta contaminación de las fuentes hídricas; adicionalmente, en la zona no cuentan con acueducto o sistema de potabilización del agua, y por último, el único centro de salud que existe en la zona cacarica se encuentra en pésimas condiciones, está en estado de deterioro, las condiciones de infraestructura o son aptas para consulta médica, se encuentran sin dotación y equipos de atención médica inmediata.

 

 

Bibliografía:

 

http://www.wola.org/es/commentary/carta_de_wola_sobre_grave_situacion_del_pueblo_afrocolombiano

http://www.semanariovoz.com/2015/10/07/120-paramilitares-se-toman-la-cuenca-del-rio-cacarica/

http://www.scielo.org.co/pdf/unih/n62/n62a15

http://escolapau.uab.cat/img/programas/musica/construccion_paz_jeferson%20orejuel_.pdf

http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_270_esp.pdf

http://www.acnur.org/t3/uploads/media/COI_2464.pdf?view=1

 

 

© 2015  Esperanza en el Cacarica

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